El carril bici de Campo Azálvaro es uno de nuestros planes favoritos cuando queremos dar pedales. Es uno de los pequeños grandes lujos de los que gozamos los que tenemos la suerte de vivir en Ávila. Si sois de aquí, seguro que lo habéis recorrido en alguna ocasión. Y si sois de fuera, os animamos a que lo visitéis en vuestra próxima visita a Ávila. Se trata de un camino cómodo, seguro y sencillo para los niños. Tanto para los que están empezando como para los ciclistas más experimentados.
EL CORDEL DE LAS MORUCHAS
El carril discurre por el Cordel de Las Moruchas, un camino que se incluye en la Cañada Real Soriana Occidental. ¿Y eso qué quiere decir? Pues que hace no mucho tiempo por ese camino se llevaba a cabo la trashumancia del ganado. Y aún hoy, las dehesas por las que atraviesa el carril están ocupadas por las típicas ganaderías de esta tierra.
Para llegar al carril bici de Campo Azálvaro tenéis que dirigiros a la carretera de El Espinar, la AV-500. A la altura del kilómetro tres-cuatro encontraréis una desviación a mano derecha. De allí sale un camino de arena que os llevará a una zona de aparcamiento.
Ése es el comienzo del carril bici de Campo Azálvaro: una ruta de unos 14 kilómetros de extensión hasta su final, en el barrio anexionado de Urraca Miguel, y con varios tramos bien diferenciados. Al menos así lo percibimos nosotros.
El carril bici de Campo Azálvaro arranca de manera muy sencilla y cómoda para los niños. De hecho, los primeros cinco kilómetros apenas tienen desniveles. Y los que hay, son fácilmente superables por todos.
Nosotros, que vamos con dos ciclistas aún no muy experimentadas (con la pequeña estamos en el trámite de quitarle los ruedines) son los que más recorremos y disfrutamos. Ellas se lo pasan en grande y circulan a su aire. ¡Les encanta esa sensación de libertad!
ZONA DE MERENDERO
En ese primer tramo, además, existe un merendero. No sé vosotros, pero en nuestro caso es una parada obligatoria, aunque sea para dar un trago a la botella de agua. Está bajo las sombras de grandes encinas. A las niñas les encanta que nos sentemos un rato a descansar mientras vemos pasar a otros ciclistas, a peseantes y a ‘runners’. Porque el camino está pensado para todo el mundo. ¡Y todo el mundo lo usa!
Así que ya sabéis: meted un bocadillo o un tentempié en la mochila porque podréis tomarlo a la sombrita. Porque, eso sí, a lo largo del camino no vais a encontrar mucha sombra.
LA COSA SE COMPLICA
Después de esos cinco primeros kilómetros fáciles una bajada muy abrupta de unos 500 metros os conducirá hasta Bernuy Salinero, otro barrio anexionado de Ávila.
Aquí la cosa empieza ya a complicarse. Porque entre Bernuy Salinero y Urraca Miguel apenas hay tramos llanos. El carril bici de Campo Azálvaro va encadenando subidas y bajadas de diferente intensidad, no aptas para los ciclistas más pequeños o menos experimentados.
Pensad, además, que luego hay que regresar. Y que os esperaría la fuerte pendiente de la que os hemos hablado antes, ja,ja.
MUCHOS ALICIENTES
Lleguéis o no hasta Urraca Miguel, lo que es seguro es que disfrutaréis de un paseo en bici por el campo único. Porque no siempre se puede montar en bicicleta atravesando enormes dehesas de encinas y grandes moles de granito.
Por cierto, algunas de las piedras que os iréis encontrando por el camino tienen formas de lo más caprichosas. A nosotros nos gusta jugar a imaginarnos a qué nos recuerdan. Ésta, por ejemplo, nos pareció un cerdito. ¿Y a vosotros? Ya nos contraréis si la encontráis en vuestro paseo. Solo una pista: se encuentra antes de llegar a Bernuy Salinero, ja,ja.
¡Por cierto1 Si preferís la ‘versión urbana’ del camino pensando en los niños, no dudéis en visitar el Parque Infantil de Tráfico de San Antonio. Seguro que también lo pasáis genial.
