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Cerro Gallinero

Estos días hemos visitado el Centro de Arte y Naturaleza Cerro Gallinero, en Hoyocasero, y hemos venido encantados.

Si aún no lo conocéis os animamos a que vayáis a hacerlo porque, de verdad, ¡es una pasada!

El paraje, es una maravilla, con unas vistas espectaculares a la Sierra de Gredos. Y encima se encuentra salpicado de las obras de arte realizadas en su mayoría por Carlos de Gredos, el artista local promotor del Centro de Arte y Naturaleza.

Cerro Gallinero
Los dos ‘vigilantes’ del Cerro Gallinero os acompañarán durante vuestro recorrido.

Así que en una misma excursión tenéis naturaleza y arte a partes iguales: un planazo que nosotros hemos disfrutado a tope y que queremos compartir con vosotros.

EMPEZAMOS EN HOYOCASERO

La aventura comienza en Hoyocasero. Ya en el pueblo veréis fácilmente los carteles que indican el camino hacia el cerro. Se trata de un camino agrícola de apenas 2,6 kilómetros que os deja al comienzo del camino que sube al cerro. Hasta allí podréis subir en coche. Pero en ese punto podréis aparcar para comenzar el paseo.

Los primeros compases del recorrido discurren por una subida de 700 metros, no muy exigente. Nuestras peques la solventaron sin problemas.

En esa subida, por cierto, encontraréis un desvío a mano derecha. ¡No es el camino! ¡Debéis seguir a la izquierda!

Cerro Gallinero
En este punto de la ascensión hay que continuar hacia la izquierda.

En ese punto ya veréis la primera obra de las 27 que componen el Centro de Arte y Naturaleza Cerro Gallinero.

Se encuentran agrupadas en dos zonas. Nosotros en esta ocasión nos centramos en la primera zona, en la que hay 16 obras. La segunda es algo más exigente en cuanto a subida y tiempo de caminata, así que la dejamos para otra ocasión.

En las dos zonas, eso sí, os encontraréis rodeados de inmensas moles de granito, piornos y tomillo, todo un lujo para los sentidos que se completa con las más que impresionantes vistas a la Sierra de Gredos.

Cerro Gallinero
Hay piedras de un tamaño que de verdad impresiona.
NUBES Y SETAS EN EL CERRO GALLINERO

La primera obra que encontramos fue ‘La Nube‘. Su nombre real es ‘Parajes nuncios de Infinito‘, pero viendo su forma, color, sintiendo su suave tacto y subiendo a ella la verdad es que el nombre de nube le va como anillo al dedo.

Cerro Gallinero
‘Volando’ hacia Gredos sobre la nube del Cerro Gallinero.

Nuestras niñas no resistieron la tentación y se sentaron sobre ella para volar con su imaginación. ¡Les maravilló! Porque, realmente, la escultura de Carlos de Gredos parece una nube más de las que vimos en el cielo azul intenso que tuvimos la suerte de tener ese día.

Ascender a la nube (la primera obra en la que comenzó a trabajar el artista, el 1999) sirve, además, para localizar otras de las obras de esta original exposición. Como las ‘Setas Schlosser’, que hicieron a las niñas sentirse como los gnomos del Cerro Gallinero.

Cerro Gallinero
Dos pequeños ‘gnomos’ en las setas del Cerro Gallinero.
UNA MISTERIOSA CABEZA

Desde la nube también divisamos otra de las obras más llamativas. Se trata de ‘Stonehead, el que mira al cerro‘, una gran cabeza humana construida con lajas de una cantera cercana. Se encuentra enclavada en el interior del hueco natural de una gran roca y parece observar con seriedad todo lo que la rodea.

Cerro Gallinero
El tótem con la Sierra de Gredos cubierta de nieve al fondo.

Y si bien a los mayores nos maravilló por su originalidad y por su aspecto de tótem, la visión de las niñas nos hizo sacar una sonrisa: para ellas, la gran cabeza de piedra se parecía (mucho) a la casa de Calamardo, el compañero de Bob Esponja.

La obra, por cierto, es de Manu Pérez de Arrilucea.

Cerro Gallinero
‘Sonando el Cerro. Infinito’

No muy lejos de estas tres primeras obras nos encontramos también con ‘Sonando el Cerro. Infinito‘ y ‘Collar de agua‘.

Ésta última obra es súper original. Para disfrutar de ella tuvimos que trepar por unas cuantas rocas (súper divertido). Carlos de Gredos aprovechó algunas concavidades naturales producto de la erosión para dar forma al collar. Y a esas ‘cuentas’ naturales les añadió otras. Ahora, todas ellas lucen como una joya de granito que brilla con el agua que acumulan y en las que las niñas pasaron un buen rato.

Cerro Gallinero
El agua y el granito son los protagonistas de esta pieza.
LÍNEAS AZULES DEL CERRO GALLINERO

Desde allí caminamos entre piornos hacia la obra ‘Líneas ingrávidas‘. Es el trabajo de Azucena Pintor, que dejó sobre el granito líneas azules que discurren paralelas a una preciosa veta de cuarzo de la gran roca.

Cerro Gallinero
No pudimos resistir la tentación de tocar las largas líneas azules.

No pudimos resistir la tentación de tocar las líneas: suaves en contraste con el cuarzo.

Y tampoco de acordarnos de otro gran museo al aire libre que tenemos la suerte de tener en Ávila: el trabajo que Ibarrola dejó en Garoza y cuya visita también os recomendamos.

EL ÁRBOL DE LA VIDA

Nuestro recorrido, siempre mapa en mano, nos llevó a encontrar la obra ‘Magredios‘, de Eduardo Scala.

Cerro Gallinero
El Cerro Gallinero tiene hasta poemas grabados en las rocas.

Se trata de un breve poema grabado en la roca. Muy original.

Cerca de ella vimos otra de las que rápidamente se convirtió en una de nuestras preferidas: ‘El árbol de la vida‘, de Xavier Sis.

A todos nos pareció una palmera de rocas. Lo más alucinante es que está construida sin ningún tipo de mortero.

Cerro Gallinero
Os sorprenderá este árbol de rocas.
EL LABERINTO 

Después de hacer un pequeño alto en el camino para reponer fuerzas (siguiendo siempre los consejos de nuestro experto en naturaleza Felipe Nebreda) continuamos la ascensión. Insistimos: no es muy exigente, pero con niños, ya sabéis, una parada a tiempo asegura el éxito del día de campo.

La verdad es que el premio por llegar a la ‘cima’ de esta zona del Cerro Gallinero fue grande. Sobre todo para las niñas, que alucinaron cuando nos encontramos con ‘El laberinto de Mogor-Hoyocasero‘, de Helena Aikin.

Cerro Gallinero
Las niñas, caminando por el laberinto del Cerro Gallinero.

La artista dice que la obra es una metafora de la Gran Madre de la que nacemos. Y recomienda dar tres vueltas en el centro del laberinto. No sé si dieron tres, cuatro o cinco. Pero las niñas se lo pasaron genial recorriendo una y otra vez la composición.

Para poder ver la obra en su totalidad y hacer unas cuantas fotos nos subimos a una gran roca. Y cuál fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos con otra obra de arte: ‘Healing the wounds‘, de John K. Grande.

Cerro Gallinero
‘Curando las heridas’.

‘Curando las heridas’ se encuentra en una grieta del granito a modo de venda. «Nature will be the art which we are part of». O lo que es lo mismo, «La naturaleza será el arte del que formamos parte».

MIRANDO AL SOL

Y aunque ya les habíamos visto unas cuantas veces desde nuestro paseo, nos dejamos para el final la visita a los ‘vigilantes’ del Cerro Gallinero.

Encaramados a una roca, nos vigilaron durante toda la mañana las dos esculturas de la obra ‘La humanidad mira al sol eternamente‘, de Marco Ranieri y Carlos de Gredos.

Cerro Gallinero
Dos figuras miran constantemente al sol.

Y así, mirando al sol, nos encontramos con dos gigantes, uno totalmente cubierto de vegetación que nos recordó a Chubaka, el personaje de la Guerra de las Galaxias. Y otro cubierto sólo en parte. Los artistas explican que ésta está incinerada por el sol que contempla.

DE REGRESO

Ése fue el momento de regresar al coche.

El camino de vuelta, siempre cuesta abajo, fue muy sencillo.

Y tuvimos además la suerte de encontrarnos una mariposa que no resulta fácil de ver: una pavo real (Aglais Io o Inachis Io).

Cerro Gallinero
El Cerro Gallinero es también un observatorio de la naturaleza.
DATOS PRÁCTICOS

Si os habéis animado a acercaros a conocer el Cerro Gallinero aquí os recordamos los aspectos prácticos de la visita.

Para llegar a Hoyocasero tenéis que coger la N-502. Nosotros tardamos 45 minutos en llegar desde Ávila.

Desde ella deberéis tomar la salida a Hoyocasero, en la que encuentra la famosa Venta del Obispo, y tomar la Av-905 durante cuatro kilómetros.

Si venís desde Madrid, podéis pinchar aquí para ver cómo llegar  al Cerro Gallinero.

CÓMO LLEGAR

Desde el pueblo, está muy bien indicado. hay que tomar el camino agrícola que lleva a Navaquesera. Son 2,6 kilómetros hasta el Cerro Gallinero.

Vereis claramente el punto en el que hay que aparcar el coche. Hay espacio y una señal indica el comienzo del recorrido.

Cerro Gallinero
Aquí arranca el camino. Es el lugar donde se puede aparcar el coche.
PRECIO DE LA ENTRADA

Tenéis que tener en cuenta que desde el 1 de enero de 2024 el acceso al Cerro Gallinero tiene un coste.

El precio de la entrada general es de 10 euros. La reducida, es de 5 euros. Es reducida para estudiantes, mayores de 65 años y familias numerosas. Y gratuita el día de Inauguración de la temporada, para niños hasta diez años, parados, personas con capacidades distintas, estudiantes de Bellas Artes y Escuelas de Arte y empadronados en Hoyocasero y descendientes hasta la tercera generación, entre otros.

El pago se hace por Bizum en el  699560202.

ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS

Si subís en verano o un día de mucho sol tened en cuenta que las sombras escasean. Así que id bien protegidos.

De regreso a Hoyocasero podréis tomaros algo en la plaza del pueblo. Tenéis dos bares: Gredos y La Casona. O bien podéis comer en la Venta del Obispo, en el cruce con la N-502.

Cerro Gallinero
Plaza de Hoyocasero. Con los bares Gredos y La Casona.

¡Ah! Hoyocasero también es conocido por albergar la pastelería Soles de Gredos y la fábrica de Cervezas Gredos. Otro aliciente para la visita… ¡Sobre todo para los papás y mamás, ja,ja! Y por supuesto otra excursión que no debes perderte es el Pinar de Hoyocasero. Mira aquí qué maravilla.

MIRA EL VÍDEO DE NUESTRA VISITA

Nos despedimos de vosotros con un pequeño vídeo que recoge algunos momentos de nuestra visita. En menos de dos minutos os haréis una idea de la maravilla que es el Cerro Gallinero.

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