¿Habéis disfrutado alguna vez de algún parque de aventura en los árboles?
Nosotros hemos tenido la suerte de hacerlo estos días en el Parque de Aventura en los Árboles ‘Pinos Cimeros’, en Hoyos del Espino, y nos lo hemos pasado bomba. ¡Menuda experiencia!
Porque no todos los días puede uno sentirse como un auténtico tarzán, saltando de árbol a árbol en una liana.
Pues todo eso y mucho más pudimos hacer en este parque de cuerdas en Gredos, un sitio ideal para disfrutar de esta experiencia por muchos motivos.
UN PARQUE SEGURO
El primero de todos, por la seguridad que te ofrece. Este parque cuenta con la homologación europea en materia de seguridad y sus monitores, encabezados por Patricia y Guillermo, son especialistas en rescate.
El uso de cascos, el material de primera calidad y el seguimiento estricto de las normas de seguridad fueron otros de los aspectos que nos animaron a lanzarnos a la aventura.
Y también nos encantó saber que sus responsables se preocupan mucho por el cuidado de la naturaleza, con auditorías periódicas para controlar el perfecto estado de salud de los centenarios árboles que sostienen las cuerdas.
CINCO RECORRIDOS
El Parque de Aventura en los Árboles ‘Pinos Cimeros’ cuenta con cinco recorridos diferentes en función de las edades y de la dificultad que uno esté dispuesto a asumir.
Eso sí, los peques de entre cuatro y ocho años (o de un máximo de 1,40 metros) deben hacer el amarillo: un recorrido que les enfrenta a 14 retos cada uno más divertido que el otro.
Los otros cuatro recorridos, como os decíamos, varían en función de la dificultad y van del verde (el que suelen recomendar para hacer en familia) al negro, pasando por el azul y el rojo.
EL RECORRIDO AMARILLO
Nuestras peques y sus amigas, evidentemente, completaron el recorrido amarillo.
La ruta empieza, como en todas las demás, con una pequeña charla informativa en la que se les explican los conceptos básicos para poder manejarse en los árboles.
Así, las niñas aprendieron lo que es un mosquetón, el ‘elefante’ para engancharse a las tirolinas o las poleas.
De manera sencilla, Elena, la monitora, logró captar su atención y enseñarles, por ejemplo, como los mosquetones tienen que estar siempre ‘enfadados’, o que bajo ningún concepto debían tocar el cable de las tirolinas.
EL ROCÓDROMO, EL PRIMER RETO
Con esas nociones básicas aprendidas, las niñas empezaron su recorrido frente al rocódromo. Un reto que superaron fácilmente y con muchas ganas de llegar a las ‘emociones fuertes’.
La verdad es que tardaron poco en escucharse las primeras carcajadas: la sensación de subir a los árboles y de cruzar de uno a otro mediante los retos propuestos les enganchó desde el primer momento.
Les encantó, por ejemplo el puente tibetano y la liana de tarzán.
Pero también los toneles y el puente andino.
TRES TIROLINAS
Aunque, como os podéis, las tirolinas fueron las que más gustaron a las niñas en este parque de cuerdas en Gredos. ¡Y hay tres!
De hecho, nada más acabar cada una de ellas ya estaban deseando repetir una y otra vez.
Tenéis que tener en cuenta que un adulto debe acompañar a los peques durante todo el recorrido. Porque aunque se apañan bastante bien en los cambios de reto, en algunas ocasiones necesitan una pequeña ayuda para poder encaramarse a las plataformas, sobre todo los más pequeños.
Por cierto que si queréis conocer más detalles sobre el parque, podéis hacerlo visitando su web. ¡Esperamos que nos contéis vuestra experiencia allí!