monasterio y toros de guisando

Los niños y las verduras

La combinación niños y verduras no siempre es fácil, ¿verdad?

Por todos es sabido la importancia que tiene que los menús de los peques lleven estos ingredientes. Pero no siempre es fácil hacer que los niños coman (y disfruten) con las verduras.

Pero ese rechazo inicial puede transformarse en deleite si sabemos ayudar a nuestros niños a que comiencen a disfrutar de platos con verduras.

Lo sabe muy bien nuestra dietista de cabecera, Rosana Rabadán, que en este artículo nos ofrece unas indicaciones súper interesantes para hacer que los niños coman verduras sin problema.

MI HIJO NO PRUEBA LAS VERDURAS

¿Tu hijo o hija es de los que no prueba las verduras? Tengo que confesar que el mío ni las huele y aunque la teoría me la sé a la perfección, no dejo de ponerme nerviosa cada vez que me dice “¡puajjjj que asco!”

Quiero explicarte por qué esto es tan común y aunque creas que no, es normal. Podríamos decir que los niños que comen las verduras sin problema son la excepción pero aun así quiero dejarte estos consejos para que no desistas, porque somos su ejemplo y si siempre hay vegetales en la mesa terminarán comiéndolos o al menos probándolos.

A los bebés y a los niños les encanta el sabor dulce. A  los adultos también, pero es en la infancia donde se restringen sabores y existe una innata aversión a los sabores amargos.

¿POR QUÉ LA MAYORÍA DE LOS NIÑOS NO QUIEREN VERDURAS?
  1. Aportan pocas calorías. De manera instintiva, prefieren alimentos más energéticos, que le ayudaran más eficazmente en su crecimiento y desarrollo y a no morir desnutrido.
  2. Su sabor amargo. Este rechazo desde que son recién nacidos (un recién nacido arruga su nariz, sacude la cabeza, agita sus brazos y frunce el ceño cuando se les expone al sabor amargo) les protege de manera instintiva de ingerir veneno (muchos compuestos amargos son tóxicos) y como suelen llevarse a la boca casi cualquier cosa que haya a su alcance, el riesgo de envenenamiento accidental en la infancia es mayor.
  3. Neofobia alimentaria. (Rechazo instintivo de los pequeños a determinados alimentos.) Algunos niños rechazan tomar alimentos nuevos de manera repentina y llamativa. Los alimentos rechazados suelen ser las frutas y las verduras y los alimentos ricos en proteínas.
LAS MEJORES SOLUCIONES A ESTE RECHAZO
  • Entender estas posibles causas ya que se produce de manera genética y normal.
  • La despreocupación ya que es un mecanismo de autodefensa que suele desaparecer con el tiempo (lo normal puede ser hasta los 7 años)
  • La paciencia. Exponer de forma repetida el alimento al niño para que disminuya su rechazo suele ser uno de los consejos más recomendados. Sin embargo, el rango de exposición es muy amplio, de ¡11 a 90 veces!, así que ¡paciencia!.
  • La leche materna tiene sabor dulce. Los bebés no solo nacen con la capacidad innata de rechazar los sabores amargos, sino también de aceptar los sabores dulces para así detectar y preferir el sabor de la leche de su madre ante a otros alimentos y no morir ni envenenado ni desnutrido.
  • Los niños odian lo que nosotros decimos que van a odiar. Es una cuestión cultural. Si al adulto no le gusta una verdura y además muestra un rechazo delante del niño, éste lo rechazará. O si le ofrecemos algo que pensamos de primeras que no le va a gustar y se lo ponemos con ambiente de duda o de tensión, también lo rechazará.
¿QUÉ PODEMOS HACER?

Se ha comprobado que hay un menor rechazo

  • Si la madre consume más fruta y verduras durante el embarazo (el feto reconoce sabores que se pasan a través del cordón umbilical y ya empieza a acostumbrarse a su sabor) y durante la lactancia (la leche materna cambia de sabor en función de los alimentos que coma la madre, así el bebé empieza a establecer sus preferencias alimentarias)
  • Si los padres las ingieren de manera habitual, porque están al alcance y el niño aprende con el ejemplo de sus padres.
  • Triturarlas y esconderlas mejor no. Las identifican igual.
  • Acompáñalas con alimentos o sabores que les gusten.
  • No obligar a comer, ni verduras ni nada. Respetemos su decisión. Además, lo detestará toda la vida si lo come con presión.
  • Hay niños a los que hacer figuras de animales, flores o ponerles nombres de personajes les ayuda a probarlas, pero hay otros que no, que incluso les produzca más rechazo.
  • Intenta elegir verduras monocromáticas, no metas muchos colores en el plato.
  • Varía la forma de prepararlas.
verduras y niños
  • Sigue ofreciendo. Poca cantidad y sin forzar, pero ofrece, ofrece y ofrece.
  • Implicar al niño en la compra y en la preparación de la comida
  • Comer en familia y todos lo mismo, así crearas seguridad si ven comerlo a su persona de referencia.
  • Que formen parte de su vida, en los juegos, en los cuentos, en material educativo.

Podríamos resumir todo esto en: Ofrecer, disfrutar, no comentar, no forzar y paciencia.

UNAS CUANTAS RECETAS

A continuación te dejo unas cuantas recetas para que puedes introducir algunas verduras en los platos de los niños de manera diferente. ¡Espero que te guste!

Hamburguesas de calabacín y manzana

Bechamel de calabacín

Crepes de espinacas

Muffins de verduras

Pasta con crema de coliflor

Quiché de brócoli y queso

Ratatouille

MÁS ARTÍCULOS DE ROSANA

Os recordamos que nuestra amiga Rosana ya nos ha ayudado con otras muchas facetas de la comida familiar. Podéis visitar, por ejemplo, su artículo sobre los desayunos y las meriendas saludables. O las comidas y cenas saludables. Son sólo dos ejemplos de los consejos que nos ofrece cada mes desde nuestra página web.

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