El Castro de las Cogotas es una excursión ideal para hacer con niños. Se trata de un paseo súper agradable en un enclave precioso y con el que, además, podemos aprender un montón de cosas.
Porque este yacimiento arqueológico nos ayuda a viajar en el tiempo hasta la Edad de Hierro, cuando los vettones habitaban la provincia de Ávila.
Después de visitar el Castro de Ulaca (toda una experiencia que os recomendamos encarecidamente), teníamos pendiente acercarnos al de las Cogotas que, encima, está a un pasito de Ávila. Y eso hicimos hace unos días.
AULA ARQUEOLÓGICA EN CARDEÑOSA
Pero antes de daros el paseo por el Castro de las Cogotas, os recomendamos que os acerquéis al Aula Arqueológica del mismo. Eso os ayudará a comprenderlo (y disfrutarlo) aún más si cabe.
Este Centro de Interpretación se encuentra en Cardeñosa. Allí, seréis recibidos por un imponente vettón con el que podréis aprender, por ejemplo, cómo vestían nuestros antepasados.
Y gracias a las maquetas, los vídeos, paneles y piezas allí expuestas os podréis hacer una idea también de qué armas usaban; cómo se organizaba la sociedad (de manera jerarquizada); cómo vivían; o qué materiales usaban para trabajar.
Todo esto se encuentra en la planta de abajo. Arriba, una gran maqueta recrea el Castro de las Cogotas tal y como era en el siglo II antes de Cristo.
Arriba también encontraréis pantallas con juegos interactivos. A los niños, ya sabéis, les van a encantar.
VISITA AL AULA ARQUEOLÓGICA
El horario de apertura del Aula Arqueológica del Castro de las Cogotas es muy amplio. Y su acceso es gratuito.
Podéis visitarla de miércoles a domingo de 10,00 a 13,00 horas.
Y si queréis contar con una guía que os oriente en el recorrido, podréis hacerlo a las 10,00, las 11,00, las 12,00 y las 13,00 horas.
EL CASTRO DE LAS COGOTAS
Una vez visitado el aula arqueológica, es hora de ir al Castro de las Cogotas. Llegar es sencillo. De hecho se puede llegar en coche hasta la misma entrada al castro.
Hay dos formas de llegar. Por una parte se puede acceder por la carretera AV-804 en dirección Cardeñosa. Antes de llegar al pueblo encontraréis un desvío hacia la derecha señalizado. A partir de ahí sólo tendréis que continuar los carteles. Y también se puede llegar desde la N-403 dirección Valladolid. En este caso debéis ir hasta el embalse de las Cogotas para, una vez allí, cruzar andado la presa y subir hasta el camino que lleva al castro.
Nosotros llegamos de esta segunda manera. Y lo primero que encontramos fue una subida algo pronunciada pero llevadera para los niños. Después de diez minutos más o menos caminando llegamos a la entrada en la que se encuentra la caseta de la guarda.
RECORRIDO SEÑALIZADO
Quizá lo primero que os interese saber es que el recorrido del Castro de las Cogotas es sencillo para los niños. No tiene grandes desniveles y se hace cómodamente. Tan sólo es necesario ir siguiendo el camino y los hitos que señalan los puntos claves del yacimiento.
Tened en cuenta, eso sí, que conviene acudir con calzado cómodo y bien provistos de agua. Si hacéis el recorrido en verano pensad que no abundan las sombras. Así que una gorra y crema solar no pueden faltar en nuestra mochila. Y en invierno, por supuesto, ropa de abrigo. El paraje en el que se enmarca el Castro de las Cogotas es una maravilla, con sus vistas al embalse. Pero el viento pega fuerte y no queremos acatarrarnos, ¿verdad?
LAS PIEDRAS HINCADAS
El Castro de las Cogotas es uno de los más importantes no sólo de la provincia de Ávila, sino del interior de la Península. Fue a comienzos del siglo XX cuando se realizaron las primeras excavaciones en este poblado amurallado, del que se conservan un montón de vestigios.
Como las piedras hincadas, una de las cosas que más llamaron la atención a nuestras peques. Se trata de un sistema de defensa diseñado a partir de piedras cortantes clavadas en el suelo muy cerca las unas de las otras y de manera desordenada. Las piedras tienen una altura de entre medio metro y un metro. Y sólo desaparecen en las cercanías de los accesos al recinto, que se sabe que contó con tres entradas.
LA MURALLA Y LOS ACCESOS
En el Castro de las Cogotas es muy visible sus murallas. De hecho, se sabe que esta fortaleza estuvo organizada en torno a dos recintos amurallados. El superior, en que se encontraba en la cima de la colina, se correspondería con la acrópolis. Y el inferior se sospecha que pudo ser un ‘encerradero de ganados’.
Pues como os decíamos, en algunos tramos se pueden contemplar perfectamente los restos de esas murallas. Así como uno de los accesos. Una maravilla.
VIVIENDAS ESCALONADAS
Como también se pueden apreciar los restos de algunas de las viviendas que se supone hubo en el Castro de las Cogotas. Viviendas que, por cierto, se construían de manera escalonada, algo que es muy visible hoy en día.Lo que no se puede apreciar a simple vista pero de lo que nos hablan los estudios es que esas casas eran grandes; medían aproximadamente 30 metros de largo por siete de ancho. Es decir, con una superficie aproximada de 200 metros cuadrados. Y todo apunta a que podrían haber estado divididas en estancias en el interior.
Pero esto, como decimos, lo tenemos que imaginar. Lo hacemos encantados. De hecho, para nosotros supone parte del encanto de este tipo de visitas. ¿Os ocurre igual a vosotros?
¡Por cierto! ¿Sabéis por qué se llama Castro de las Cogotas? Pues porque se construyó encima de dos ‘cogotes’: dos elevaciones del terreno que aún hoy son visibles desde las afueras del mismo.
LA NECRÓPOLIS
En el Castro de las Cogotas también podemos aprender cómo enterraban a sus difuntos los vettones, esta cultura celta precursora de los abulenses.
La necrópolis del castro responde al modelo típico del mundo vettón. Se encontraba ubicada frente a las puertas de los poblados. En las Cogotas se llegaron a encontrar hasta 1.613 tumbas de incineración (porque los vettones incineraban a los muertos) repartidas en cuatro zonas. Estas zonas, nos cuentan los paneles que hay en el recorrido, se dividían en función de las clanes.
Dentro de las tumbas también se encontraron los ajuares de los difuntos, que variaban mucho en función de la clase social a la que se había pertenecido.
Por cierto que muchos de los elementos que se fueron encontrando en las excavaciones llevadas a cabo en el Castro de las Cogotas se encuentran en el Museo de Ávila. Si aún no lo habéis visitado, nosotros os recomendamos su visita.
Restos cerámicos, fívulas, pequeñas joyas… Las excavaciones llevadas a cabo en el Castro de las Cogotas han ido dando muchas pistas de cómo vivían aquellos hombres y mujeres de la Edad de Hierro.
Y por supuesto, si queréis conocer más cosas de los Vettones os recomendamos que no dejéis de visitar el Castro de Ulaca que también esta cerca de la ciudad de Ávila y seguro que a vuestros peques les encantará. Mirad aquí como visitarlo.
DURACIÓN DEL RECORRIDO
Nosotros realizamos el recorrido en menos de dos horas. A buen ritmo y con una pequeña parada para reponer fuerzas.
Contadnos qué os ha parecido a vosotros este rincón tan especial de la provincia de Ávila.
IGLESIA DE CARDEÑOSA
¡Bueno! Y no queremos despedirnos sin invitaros a conocer otra de las joyas de Cardeñosa: su iglesia.
Se trata de un templo del siglo XVI en el que, como no podía ser de otra manera estando en Cardeñosa (localidad conocida por sus excelentes canteras), el granito de la zona es el material principal.
Abunda el perlado isabelino. Y llaman la atención sus impresionantes retablos dorados y su espectacular artesonado. Impresiona su majestuosidad estando en un pueblo pequeño, la verdad.
Cuenta la leyenda que Santa Paula Barbada era de Cardeñosa. Y seguro que en esa iglesia rezaba de pequeña.