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El castañar de Casillas

El Castañar de Casillas.
El Castañar de Casillas es una delicia en otoño.

El castañar de Casillas es uno de los rincones más hermosos de la provincia de Ávila. Sobre todo durante el otoño. Nosotros lo hemos visitado hace poco y aunque aún no había llegado al esplendor de mediados y finales del otoño, ya estaba precioso.

CASILLAS, RODEADO DE CASTAÑOS

La verdad es que de la belleza de el castañar de Casillas se empieza a disfrutar desde antes incluso de llegar a este pueblo del Valle del Tiétar, totalmente rodeado por inmensos castaños que nada tienen que envidiar a los del castañar de El Tiemblo, otra visita imprescindible en otoño. 

El castañar de Casillas
La ermita de San Isidro, en las Eras del Prado.

El castañar de Casillas está a una hora de Ávila capital y muy cerquita de Madrid, a un poco más de una hora de viaje. Para llegar al pueblo tendréis que coger la M-501 si vais desde Madrid (la conocida carretera de los pantanos) o la CL-501 si lo hacéis desde Ávila.

Una vez que lleguéis a Casillas, lo ideal es atravesar el pueblo y dirigirse a las piscinas. Si tenéis dudas podéis preguntar a los lugareños y os indicarán fenomenal. Desde las piscinas se continúa hacia la zona de las eras. Iréis viendo carteles hacia El Borbollón y Las Cascadas que en épocas con algo más de agua también son sitios dignos de visitar.

Nosotros os recomendamos que empecéis vuestro paseo en el paraje conocido como las Eras del Prado: una pradera enorme habilitada como área de recreo que cuenta con un pequeño lago artificial, merendero y barbacoas y donde además es fácil aparcar. Y todo ello presidido por la ermita de San Isidro y rodeado ya por inmensos castaños.

Pero antes de comenzad a andar tened en cuenta un aspecto muy importante: los castaños de el castañar de Casillas tienen propietarios. Por tanto, también lo tienen sus castañas. Así que olvidad lo de volver a casa cargados de castañas. Os podéis llevar una buena reprimenda de los propietarios y de los guardas forestales. ¡Y con razón!

El castañar de Casillas.
Buena parte de los caminos discurren entre huertos con cercado.

De hecho, una de las peculiaridades de el castañar de Casillas es que se encuentra dividido en grandes huertos vallados. Así que buena parte de los recorridos que pueden hacerse discurren entre caminos de acceso a dichos huertos. Esto también lo diferencia de el castañar de El Tiemblo, que es realmente un bosque. ¡Ah! Por este motivo, el castañar de Casillas es también más cómodo para ir con carritos de bebé, ya que podréis caminar, si así lo queréis, entre castaños pero en caminos muy anchos y asfaltados. Mientras que en El Tiemblo el recorrido completo no es apto para los carritos.

LAS CANDELAS
El castañar de Casillas
Castañas dentro de su erizo.

Son varios los caminos que parten desde las Eras del Prado. Nosotros optamos en primer lugar por dirigirnos hacia Las Candelas. En nuestro camino fuimos descubriendo los primeros castaños centenarios del recorrido, todos ellos cuajados de castañas aún escondidas en sus erizos verdes. Y fuimos encontrando también muchas castañas ya caídas en el suelo, a la espera de ser recogidas por los dueños de los huertos.

Las niñas disfrutaron mucho imaginándose a Chip y Chop como las ardillas más felices del mundo en un lugar como el castañar de Casillas, ja,ja. Y no sólo por la cantidad de castañas que fuimos encontrando sino, también, porque en la zona también abundan los robles, que ya habían soltado miles de bellotas que también descansaban en el suelo.

El castañar de Casillas
Vistas desde la subida al puerto de Casillas.

Después de llegar a Las Candelas, donde encontramos una casa rural escondida en plena naturaleza, decidimos tomar el camino que lleva al Puerto de Casillas.

A medida que fuimos subiendo por este camino (en una ascensión suave, sin ningún problema para los más pequeños) los castaños fueron cediendo protagonismo a los pinos.

La sorpresa la tuvimos al encontrarnos (gracias a las indicaciones de un amable casillano, todo sea dicho) con un precioso manantial de agua fresca y potable. ¡Un buen alto en el camino! Y, por cierto, un lugar ideal para disfrutar de unas vistas espectáculares sobre el Valle de Tiétar.

Nuestro recorrido duró aproximadamente dos horas. Anduvimos cuatro kilómetros que pasaron volando.

El castañar de Casillas
En busca de ardillas y castañas.

Es un paseo muy familiar, nada exigente y que os animamos a realizar. Por la belleza de el castañar y porque desde allí os podréis mover a un montón de destinos. No en vano, Casillas se encuentra en la cabecera del Valle del Tiétar. Es, por así decirlo, una de sus ‘puertas de entrada’. Tenéis a un paso La Adrada, Sotillo de La Adrada, Piedralaves … y muy cerquita, incluso, la sierra de  Gredos.

Nosotros completamos con una visita a Piedralaves, un pueblo precioso que también os animamos a visitar.

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