El convento de La Encarnación con los niños

Santa Teresa vivió aquí durante 30 años.
El convento de la Encarnación, ideal para visitar con los niños, se encuentra ubicado fuera del recinto amurallado.

Creo que una de las mejores maneras de acercar a los niños la figura de Santa Teresa es visitar el convento de La Encarnación. Si hay una abulense famosa en el mundo entero ésa es Santa Teresa. Y si hay un lugar en el que se siente su presencia, ése es el monasterio en el que la doctora de la iglesia vivió 30 años.

Ubicado en el paseo del mismo nombre, el convento es el escenario ideal para ‘presentar’ a los niños a Santa Teresa. Se trata de una visita cortita, llena de sorpresas y gracias a la cual aprenderán cómo vivían las monjas del siglo XVI. Y más aún, cómo vive en pleno siglo XXI una religiosa de clausura.

PRECIOSAS VISTAS

La visita arranca incluso antes de acceder al convento. La fachada del mismo, desde donde por cierto tendréis unas vistas espectaculares a la Muralla, la Catedral y la basílica de San Vicente está custodiada por una gran estatua de la Santa andariega. A los niños les llama mucho la atención porque realmente parece que va a echarse a andar en cualquier momento.

Monasterio de la Encarnación , vistas espectaculares de Ávila
Desde el exterior del convento de la Enacarnación se tienen unas vistas privilegiadas de Ávila.

Un cuidado patio da acceso a la tienda de recuerdos, donde se compran además las entradas. Su precio es de dos euros la entrada individual, 1,5 en el caso de acudir en grupo y gratuita para los niños (otro de los pluses de la visita).

30 RELIGIOSAS

A nosotros nos recibió María José, una de las encantadoras responsables de las estancias visitables del convento de la Encarnación. Tenéis que tener en cuenta que en el monasterio viven en la actualidad 30 religiosas, por lo que no es posible recorrerlo en su totalidad.

Aún así, las salas-museo a las que se tienen acceso son suficientes para trasladarse en el tiempo. Lo haces nada más comenzar la visita, al cruzar los locutorios en los que las religiosas recibían a las visitas de sus familiares y amigos. Y es que entonces vivían en una clausura algo más ‘relajada’ que la que viven ahora las hermanas).

Las monjas recibían sus visitas en los locutorios.
Los locutorios llaman muchísimo la atención a los niños.
TRES LOCUTORIOS.

Son tres los locutorios que se visitan. En uno de ellos, Santa Teresa recibía al otro gran místico abulense, San Juan de la Cruz. Y en otro, Santa Teresa visitaba a su amiga Juana cuando ésta era ya monja en La Encarnación. Unas ventanas enrejadas separaban entonces a religiosas y laicos en el convento de La Encarnación.

EL ARCA DE LAS TRES LLAVES

La visita continúa en una sala habilitada como recibidor. La estancia se encuentra repleta de los muebles y enseres que las religiosas aportaban como dote cuando accedían al monasterio. A mis hijas les llamó muchísimo la atención el ‘arca de las tres llaves’. Se trata de un enorme arcón con tres cerrojos en el que se conservaban los documentos más importantes en cada momento. Las tres llaves, por cierto, también se conservan junto a él, así como muchos de esos papeles, expuestos en otra de las salas de este increíble museo teresiano.

Antes de acceder a las celdas te encuentras con el asiento que utilizó Juan Pablo II en su visita a Ávila, en el año 1982. Todo un acontecimiento para la ciudad de Ávila en general y para las religiosas carmelitas en particular. De hecho, por primera y única vez en su historia abrieron el convento a 3.000 monjas contemplativas llegadas de todo el país.

LAS CELDAS

A los niños también les sorprende mucho ver cómo eran las celdas de las monjas de la época de Teresa. Antes, eso sí, de la reforma emprendida por La Santa. Se trataban de estancias organizadas como un pequeño apartamento: con cocina de leña, sala de estar y dormitorio. Esta celda cuenta también con una completa colección de instrumentos musicales de la época, todo un lujo para los amantes de la música.

Por cierto que desde esta celda puede verse un pedacito del claustro del convento de la Encarnación. Así que si tenéis suerte, quizá podáis ver pasar a alguna de las habitantes del convento. Lo que veréis seguro son las esculturas de Teresa y el Niño Jesús colocadas en el rincón en el que éste se apareció a La Santa. «¿Tú quién eres?», se dice que le preguntó el Niño. «Yo, Teresa de Jesús», respondió. «Pues entonces yo soy Jesús de Teresa», respondió.

SALA DE RELIQUIAS
La sala se conserva igual que en el siglo XVI.
Ésta es la celda en la que vivió Santa Teresa mientras fue priora.

Después de subir unos cuantos escalones se accede a la sala de las reliquias, que conecta con la celda que Teresa habitó durante sus años como Priora.

Una reliquia de su brazo, el leño que usaba como almohada, su crucifijo, su toca, la silla en la que se sentaba San Juan de la Cruz cuando la confesaba, algunos texto manuscritos… Éstas son sólo algunas de las muchas joyas que podréis encontrar en este pequeño museo, desde el que se ve, como os decía, la celda de La Santa, tal y como la habitó ella. Incluso se ve la rueca que empleaba.

LA IGLESIA DE LA ENCARNACIÓN

Por cierto que si durante vuestra visita está abierta la iglesia de La Encarnación no debéis dejar de entrar. Además de poder disfrutar de la belleza del templo, con la gran ventana desde donde en época de Santa Teresa las monjas escuchaban misa, es aquí desde donde se accede a la capilla de la Transverberación . Y también a la celda donde se encontraba Santa Teresa cuando ocurrió aquel milagro.

Celda de la Encarnación.
La celda de la Transverberación.

Resulta algo complicado explicar a los niños en qué consiste la transverberación (la experiencia mística que supone la unión íntima con Dios a la vez que siente traspasado el corazón por un fuego). Pero a ellos les gustará ver otra pequeña celda (ésta también con una pequeña cocina y dividida en dos alturas) pegada a una iglesia.

Espero haberos animado a acudir al convento de La Encarnación. Estoy convenida de que os gustará.

HORARIO

El convento de La Encarnación abre sus puertas en horario de invierno (del 1 de octubre al 30 de abril) de lunes a viernes de 9,30 a 13,30horas y de 15,30 a 18,00 horas; y los sábados, domingos y festivos de 10 a 13,00 horas y de 16,00 a 18,00 horas. Y en horario de verano (del 1 de mayo al 30 de septiembre), abre de lunes a viernes de 9,30 a 13,00 hOras y de 16,00 a 19,00 horas; y los sábados, domingos y festivos, de 10,00 a 13,00 horas y de 16,00 a 19,00 horas. El último pase 30 minutos antes de cerrar.

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